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2019-12-19 Expo Retrospectiva Roman Bonet – Can Comamala – Sant Vicenç dels Horts, Barcelona

Presentación

Roman Bonet – Artista Plástico

1996 se convierte en un año decisivo en mi vida, se cruzan la Historia del Arte, la pincelada inquieta de mi padre Màxim Bonet y las conversaciones Art-iculadas con mi prima Montse Cesarini. Estos tres empujes del destino me llevaron a realizar mi primera expresión pictórica.

Más adelante conozco a quien me descubre una pasión sigilosa y la emoción del camino que ahora transito. Se trata de Jesús Martín Sánchez, gran docente y artista. Él hace aflora el potencial escondido que hay en mi, con sus clases magistrales y con el tiempo, una vez instaurada nuestra amistad, las conversaciones sobre Arte y la vida misma. Dos temas que no se pueden desvincular si lo que te mueve es la creatividad y la expresión artística.

Siete años más tarde, después de haberle dedicado mi tiempo libre a la pintura, tengo la necesidad vital de instalarme en mi primer estudio para concluir el último paso de “mis retratos astROMANticos de Love Of Lesbian”. Un homenaje a la banda de mi hermano y a la par que introspectivo, terapéutico.

En octubre de 2017 cambio de estudio y me dedico principalmente a pintar, trasladando sobre el lienzo mis emociones, tratando de capturar sus luces internas, especialmente el «yo» íntimo en sus características más destacadas. Mi técnica intenta realzar la vibración de los colores, trabajando con la espátula, para dibujar el perímetro de lo efímero que considero infinito.

Soy un pintor con un interés acentuado en el retrato, en él busco el reflejo de mis emociones en los rostros que encuentro a diario. Rasgos familiares en los que trato de reconstruir una conversación entre mi interior y los trazos que edito sobre las palabras que no encuentro, quizás un trabajo autobiográfico. Otra temática que me interesa es el paisaje como medio de transporte para llegar a mi interior. Como en el retrato, quiero representar lo que ve mi pincelada.

En el estudio vuelvo al niño saltando de una tela a otra según me llaman, para acariciarlas con mi espátula hasta que mi cuerpo o la propia obra, me pide basta!.

Las dudas nunca me dejan, especialmente cuando una obra reclama su fin, cuestionando las pausas y alimentando mi sed del golpe perfecto de espátula.

Sólo pretendo ser justo en el proceso y disfrutar del cúmulo de inquietudes que me embargan.